La impresión 3D ya está aquí.
Semejante
idea viene ni más ni menos que de Barack Obama, presidente de
Estados Unidos y por lo visto un firme defensor de la inversión para
potenciar la impresión 3D.
¿Una
impresora 3D en una cita dedicada al mundo del cómic? La presumible
pregunta tiene fácil respuesta al ver sobre las mesa una figura de
Darth Vader impresa en plástico,
el material que usan los dos modelos domésticos comercializados por
esta compañía.

En
2007 se vendieron 66 impresoras 3D en el mundo; en 2012, más de
23.000. Ni que decir tiene que las previsiones para este año
mantienen esta tendencia al alza.

Mientras una de las impresoras termina una pieza de ajedrez -ha tardado unos 45 minutos- y la otra va dando forma capa a capa a una figura de un conejo -en apenas 20 minutos está lista- Marc Torras, director general de EntresD, explica que en realidad se puede usar casi cualquier material.
De
hecho, las aplicaciones son mucho más numerosas y habituales de lo
que posiblemente imaginábamos. Piezas de aviones y coches de Fórmula
1, prótesis ortopédicas -que ya no tienen que adaptarse a partir de
un modelo común sino que se imprimen
personalizadas- piezas
dentales, audífonos... incluso las suelas de calzado para
deportistas profesionales, tejidos de nailon, guantes de malla...
Un
ejemplo más cotidiano: Nokia ha publicado diseños de carcasas
protectoras de algunos de sus móviles para que los usuarios puedan
personalizarlas y después imprimirlas. No es futuro, es presente.
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